15.2.13

¿La única forma de viajar? (I)

La intención de la serie de entradas que aquí se inicia es recopilar algunas formas de viajar entre las estrellas que han sido usadas en cuentos y novelas de ciencia ficción (aunque, por supuesto, la lista estará siempre incompleta).

1) El vuelo cuasilumínico: La nave espacial viaja a una velocidad cercana a la de la luz, aunque siempre sin alcanzarla (ni mucho menos superarla); esto significa que para llegar a una estrella ubicada a, digamos, 40 años luz de distancia, la nave tardará, desde el punto de vista de los habitantes del planeta de origen, unos 40 años (el tiempo exacto dependerá de qué tan cerca de la velocidad de la luz llegue a viajar la nave y del tiempo que tarde en acelerar y desacelerar). Sin embargo, gracias a la dilatación temporal prevista por la Teoría de la Relatividad, para los tripulantes y los pasajeros de la nave el viaje durará mucho menos (nuevamente, el tiempo exacto que ellos perciban dependerá de qué tan cerca de la velocidad de la luz llegue a viajar la nave y del tiempo que ésta tarde en acelerar y desacelerar).

Éste es el medio de transporte que se usa en los relatos del Universo Haini de Úrsula K. Le Guin (en algunas traducciones se conserva la expresión "vuelo NAFAL", siglas de la expresión Nearly As Fast As Light, casi tan rápido como la luz) y también es el medio de transporte que se usa en la saga de Ender de Orson Scott Card (especialmente en las dos primeras novelas, El Juego de Ender y La Voz de los Muertos; en las dos últimas novelas de la saga, como veremos después, el vuelo cuasilumínico se combina con otros medios de transporte). En muchos de los relatos del Universo Haini y en todas las novelas de la saga de Ender aparece además el ansible, un medio de comunicación instantánea (y que tiene su propia entrada en Wikipedia, véase aquí). En estos relatos, además, no hay un tiempo perceptible de aceleración y de desaceleración, por lo que prácticamente toda la duración del viaje corresponde el vuelo NAFAL propiamente dicho; el viaje, desde el punto de vista de los tripulantes, dura, al parecer, sólo unos pocos días.

El vuelo cuasilumínico aparece también en El Fin de la Infancia, de Arthur C. Clarke; en este caso el tiempo de aceleración es mínimo y, según describe el autor, la aceleración es tan violenta que deforma el espacio. También en el cuento El Púsher, de John Varley.

También se usa en la novela La Hora de las Estrellas, de Robert A. Heinlein; en este caso sí se invierte un tiempo importante en acelerar y en desacelerar, esto extiende la longitud del viaje el cual llega a durar varios años. En esta novela existe también una forma de comunicación instantánea, aunque restringida a algunos de los tripulantes de la nave, quienes han sido elegidos especialmente porque tienen hermanos gemelos en la Tierra con quienes se comunican telepáticamente (la telepatía, como bien se sabe, no está sujeta a las restricciones de la Teoría de la Relatividad y es realmente instantánea).

Finalmente, el argumento de la novela Tau Cero, de Poul Anderson, gira en torno a una nave que viaja a una velocidad muy cercana a la de la luz.

Continuará en la parte II.

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